Master chef

LLegó la gran final del programa que tuvo a la gastronomía como protagonista. Elba Rodríguez ganó el certamen que descubrió cómo es el rigor profesional en la cocina.

Se?ores, les queda 1 minuto… Y todos los televidentes de Master Chef acompa?an, con un movimiento nervioso, la ansiedad de los participantes. La suerte está echada. Las devoluciones son claras, el jurado se expresa de manera punzante, pero siempre rescata la trayectoria y esfuerzo positivo o quizás confuso del competidor.

Master Chef es un formato de programa competencia de origen británico, sus derechos los tiene la productora que lo creó. A la versión local la realiza Eyeworks (ex Cuatro Cabezas). La gran final tuvo lugar el domingo 27 de julio, la ganadora fue Elba Rodríguez, una enfermera que abrazó con fervor y constancia la vida de la cocina y el certamen que le abrirá la primera puerta en esta carrera tan intensa.

Tres cocineros-jueces sin divismos y una producción de elite, arrasaron con el rating: Donato De Santis, Christophe Krywonis y Germán Martitegui.

?Actúan su rol de jueces?
Germán: Nosotros no actuamos. Somos así en la cocina. Lo que ve la gente es a nosotros como cuando trabajamos en nuestros restaurantes.
Christophe: Un poquito… Jugamos a actuar. Yo no soy actor.
Donato: Somos tres artesanos del gusto frente a un formato televisivo. Hay una situación forzada por una competencia, los aspirantes a futuros cocineros y nosotros los jueces -chefs que analizamos lo que hacen-. Sí armamos un clima amigable y decimos bueno… está todo bien. Primero se pierde el formato de Master Chef; segundo ?es una exageración? Sí, actuamos dentro de un formato que es un desafío. Definimos al que no es apto para seguir y descubrimos las virtudes de los que pueden hacerlo. Todos somos conscientes de esto, participantes y jueces.

?Son tan exigentes en la cocina como se los ve en pantalla?
Donato:yYo creo que sí. Vos lo ves a Germán en su restaurante durante el servicio y es mucho más exigente que aquí. Que no quiere decir maltratador. Este es un trabajo realmente exigente al segundo.
Germán: el choque se produce cuando alguien amateur se enfrenta a una tensión profesional. Master Chef habla de ese choque. De alguien elogiado en la casa por su familia cuando cocina y aquí le decimos esto no nos gusta, o confundiste el concepto, la guarnición no puede ser más importante que el ingrediente principal, etc. Creo que la virtud que tiene el programa es que ofrece una información real del trabajo en una cocina profesional.
Donato: si servís un café frío al cliente, no le vas a decir dale vení ma?ana que te lo hago mejor. Nuestra misión es marcar tips fundamentales de la actividad. Un pobre conocimiento de la cultura gastronómica confunde esa exigencia con soberbia.
Christophe: la exigencia reina y esto debe servir al participante el día que se dedique a la cocina. Por eso hay momentos de tensión. No es un programa de cocina, es un reality de gastronomía basado en las tensiones que se viven antes, durante y después del servicio. Master Chef desmitifica el concepto de amor al arte para la actividad. Sacar un plato muy bueno requiere de una exigencia alta, tanto para el due?o, el jefe, los demás cocineros y equipo. No hay derecho al error. En una cantina, brasserie o en un restaurante gourmet, la gente paga por un servicio y es justo que pueda reclamar. Entonces en el programa hay tres cocineros profesionales que saben lo que es esa demanda. Y lo que intentan demostrar es que la cocina es pasión, pero también rigor. Si el competidor no tiene constancia, le será difícil avanzar. Si lo intenta, aquí tiene expertos que en el programa, lo van a motivar siempre.

?Cómo es la repercusión en el público?
Donato: realmente lo ve más gente de la que pensé. Para mí los comentarios son inéditos, amables, emotivos y más participativos. Nos piden que no seamos tan malos. Y los competidores también tienen sus fans.
Germán: Sí, saben todos los nombres y lo que hace cada participante. Prueban las recetas, por ejemplo el fondant de chocolate y nos comentan que les salió y mandan la foto. Si hay una segunda edición vamos a ver gente más preparada. Eso significará que hicimos algunas cosas bien.
Christophe: estábamos en el sur, en Junín de los Andes, con Mariano Peluffo –conductor de Master Chef-, después del programa de los militares. Íbamos por una avenida amplia que estaba vacía, sólo venía un Chevrolet azul del 70, todo destruido y manejado por un gaucho. Yo había dicho en el programa: hay que dar de comer a 100 militares hembrientos… Y pasa el gaucho y me grita ?Hembrieeennntooos! Te impacta la llegada. Lo mismo con los chicos, los adolescentes y los jóvenes. Mí psicólogo estaba preparando un asado y ve que el chico se clava un pedazo de carne cruda y le dice: ?Qué te pasa, qué hacés? Y le responde: ?Estoy haciendo como el hdp del francés!

?Piensan que están recreando un estilo argentino de Master Chef?
Donato: hubo un trabajo en equipo desde el principio, incluido Mariano. Somos tres, pero actuamos como uno. Desde el comienzo quisimos a la marca y dedicamos tiempo para ver como decíamos cada concepto.
Germán: Los tres tenemos muchas coincidencias, pero somos diferentes. Pero en equipo actuamos mejor. Y nos compensamos. Si uno hace una crítica dura, desmoralizadora, los otros tratan de motivar al participante.
Donato: Es como en realidad se trabaja en las cocinas.
Christophe: Yo pienso que la producción hizo una apuesta fuerte para ver si podíamos trabajar juntos. Luego hay dos personas con experiencia en televisión que, generosamente, la aportan al programa. Uno es Mariano Peluffo y el otro es Donato. Sin ellos este programa no existiría porque nos sostuvieron hasta que nos largamos solos. Hubo mucha paciencia de todos y nuestra también para aprender. Ellos nos ense?aron un camino, el nuestro, para enriquecer al equipo. Esa cohesión nos permitió crecer y trabajar felices.

?Cuál es el éxito del programa?
Christophe: Para mí que leo los mensajes, la gente cada vez más quiere cocinar. Es enorme la cantidad, lo vemos en el rating. Este es el éxito del programa.
Germán: Yo creo que la gente en las casas debe decir, prueben, está para Master Chef. El otro día estaba en mi oficina que tiene una ventanita hacia la cocina y escucho, “Les queda un minuto”… Te das cuenta como prendió.

?Cuáles fueron los momentos más emotivos, hasta ahora (junio)?
Donato: Cuando entraban en el hipódromo, tanta gente, cuantas ambiciones y expectativas, que recordé las mías. Empecé a entender la proyección de la marca. Y la primera despedida, la de Majo, la se?ora ama de casa.
Christophe: El hipódromo y luego cuando entré al estudio y dije, dónde estoy. Veía técnicos por todos lados, cámaras y al día siguiente empezamos a grabar y cuando vi entrar a toda esa gente. Me emocionó ser parte.
Germán: El primer día dejé el auto a dos cuadras. Caminé por la vereda donde estaba la gente expectante, con bolsos y heladeritas. Ellos no me conocían, eran mis últimos minutos de anonimato. Pensaba de dónde vendrán. Me los imaginaba en una cocinita preparando su prueba y viniendo en el tren. Fue muy fuerte. Más tarde nos dieron un texto para memorizar, Donato y Christophe lo repetían a viva voz. Yo no podía, me daba vergüenza. Cuando entramos a la pista vi ese escenario tipo Mick Jagger desde el que hablamos a los participantes y morí, creo que nunca lo conté. Y después cuando se fue Oscar, sentí bronca. Pensé: este tipo nunca tuvo acceso a la información necesaria. Porque para hacer las cosas bien, a veces el conocimiento es el 80%.
Donato: Algo que no se ve, es que para nosotros es importante el sabor, pero también la actitud, el camino que el participante hizo o no, su postura de trabajo, su reacción cuando le das una indicación. Eso que decía Cristina al principio, damos una formación integral no sólo a través de las recetas. También mostramos el comportamiento profesional, individual y en equipo, el proceso de aprendizaje y la concentración, etc. Todo eso se toma en cuenta cuando elegimos a quien eliminar.
Germán: Una mujer me dijo, No juzguen a la gente, ?solo prueben la comida!. ?De ninguna manera! Sino probaríamos a ciegas. Yo estoy buscando un cocinero, como cuando lo busco en el restaurante. No sólo quiero una persona que cocine bien, quiero que tenga la pasión para aprender y la capacidad de superarse.


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