Vinos del este

Hasta hace no tanto Uruguay era sinónimo de Tannat. Pero la región demuestra al mundo todo su potencial vitivinícola.

Ya no tanto la cervecita fresca, el Tannat extra poderoso o los vinos con viejos conceptos. Uruguay redescubrió sus campos, los pobló de olivos y vides, le prestó atención a los vientos, las colinas, el río y el mar. Primero en la zona de Melisa, cerca de Montevideo. Luego en Las Violetas, en Pan de Azúcar y en Garzón. Fue el Tannat el que los entusiasmó y ahora se encuentran en una carrera sin fin. Vino complejo por excelencia, no para cualquiera, el ícono charrúa de pronto comenzó a cruzarse con otras cepas, a casarse bien, a sorprender. Y a reinventarse en versiones realmente interesantes, como el último de Bodega Garzón, que ganó el terru?o de oro en el concurso de su categoría. Dicen los que saben que, más allá del emblemático uruguayo, hay vinos que tienen mayor potencial, como el Pinot Noir, y blancos como el Chardonnay y el Sauvignon Blanc, todos con una magnífica acidez y una capacidad de guarda de la que no gozan los vinos argentinos. Pero claro, el consumo es más bajo. Sucede en el mundo y en Uruguay también. Salvo en casos como Chile o Nueva Zelanda, los blancos son más difíciles de vender. Quizá tenga que ver con el viejo concepto de que el vino debe ser tinto o que el blanco va mejor con las mujeres. Pero lo cierto es que los blancos uruguayos están dando qué hablar, tienen una personalidad muy marcada y siempre explotan en ciudades de mar y alto consumo como, por ejemplo, Punta del Este. El inolvidable Albari?o de Bouza, los Chardonnay de Juanicó y Familia Deicas, todos los de Marichal, Altos de la Ballena, Sierra Oriental (otra bodega que fue premiada por su espectacular Tannat) y los de O’33, son vinos que marcan tendencia y que se llevan formidables críticas y puntajes. Juan Andrés Marichal habla de un momento muy especial en el mundo, en el que todo lo nuevo-bueno interesa. Los vinos uruguayos están empezando a conocerse, y con gran aceptación. La zona de Canelones cuenta con la mayor concentración de vi?edos uruguayos pero, salvo en dos o tres departamentos, en el resto del país hay vitivinicultura con algún nivel de desarrollo. Esto, por supuesto, habla de una tendencia, una moda. Con respecto al Tannat, coincide en que supo ser un vino rústico, pero que las mejoras en el  manejo de vi?edos, control de las maceraciones y uso de barricas de roble, lograron un vino de gran armonía y equilibrio, más allá de su ADN intenso y complejo. Así que ?bienvenido al baile, Uruguay! Y a conquistar el mundo.




Etiquetas
Categoría Blog

Comentarios