Nuestro secreto: luz y fuego en los jardines

Entre los jardines de la mansión del hotel Four Seasons Buenos Aires se encuentra una parrilla gourmet donde la naturaleza y el fuego conviven en una arquitectura de cristal tan despampanante como su gastronomía.


por MÁXIMO PEREYRA IRAOLA

@maximopi 


De los muchos rincones y recovecos que tiene el Hotel Four Seasons Buenos Aires, no hay uno que no transmita el lujo y la sofisticación de una hospitalidad incomparable. Es de los poquísimos hoteles cuyos restaurantes se valen por sí mismos y no como simples “restaurantes de hotel”, y eso dice mucho; es imposible cometer un error con las cartas de Elena, y no existe el cóctel incorrecto en Pony Line (donde las hamburguesas y los helados merecen nota aparte, por cierto).



Tal vez lo que más nos guste del Four Seasons, sin embargo, es la mansión, escenario de fiestas, presentaciones, entrevistas y producciones que forman parte de la historia de Cuisine&Vins. El antiguo Palacio Álzaga Unzué tiene además la magia de haber sido, justamente, un palacio. Sus salones son un viaje al Buenos Aires esplendoroso del pasado, aquél que está repartido por toda la ciudad pero no siempre abre sus puertas.



En medio de los aires franceses de la mansión, entre los jardines que ya disfrutaban los Álzaga Unzué hace un siglo, se encuentra un restaurante diferente, especial, que resplandece de día y ofrece la intimidad nocturna que lo hace perfecto para comidas románticas, festejos y reuniones postergadas con largas sobremesas. Acá se celebran casamientos, grandes cumpleaños, eventos grandes y pequeños.



Al mando de los fuegos de Nuestro Secreto se encuentra Patricia Ramos, la única chef mujer de una parrilla gourmet, quien junto con su equipo lleva adelante un menú con las mejores carnes de Argentina. Y son en serio las mejores: el asado y la entraña son insuperables, y si por alguna razón quieren ir en otra dirección, las ensaladas y los pescados son opciones gloriosas.



Recomendamos una experiencia completa, claro (bueno, en realidad recomendamos varias experiencias completas, porque este es un lugar al que se vuelve). Se arranca muy bien con las empanadas, jugosas y de repulgue experto; también son exquisitas las croquetas de morcilla con emulsión de manzana verde, o las mollejas con alioli de puerros quemados y papas rústicas. Para quienes no coman carne, la provoleta de cabra es obligatoria, y el halloumi grillado con crema de garbanzos y maní con tomates asados y crocante de maní picante es para repetir un par de veces.



Los fierros de la parrilla sacan corte tras corte, por supuesto, pero el fuego también cocina vegetales y hongos que vale la pena pedir. Mención aparte para el coliflor al curry y el mbeyú con huevo 63°, kimchi y palta a las brasas. Si volvemos a las carnes, es difícil elegir entre el ojo de bife, el vacío, la entraña de la que ya hablamos antes o incluso el truchón con sofrito de alcaparrón (que suena a un montón, pero no). El T-Bone y el bife de costilla de carne regenerativa, 100% pastura, son grandes propuestas para quienes buscan probar algo diferente.



Del horno de barro nacen los ravioles de asado con salsa de tomate, aceitunas negras y burrata y la pesca del día con akusay grillado, almendras fileteadas, harissa y salteado de vegetales verdes, entre otras cosas que tientan muchísimo. Atentos si van al mediodía, porque también hay pizzas, y la rompen.



Se termina con los helados de Dolce Morte, la marca exclusiva de helados del hotel, con sabores raros (en el buen sentido), originales (en el mejor de los sentidos) y disruptivos (a más no poder). Recomendamos especialmente el de sabayón con membrillos, el de Patagonzola, el de mandarina o lavanda; los sabores cambian por temporada; lo que sea que les llame la atención, anímense a pedirlo.



Nuestro secreto es efectivamente un secreto a voces: íntimo, privado, alejado de la calle, es el lugar especial que todos conocemos pero comentamos menos de lo que deberíamos, tal vez por miedo a no encontrar lugar en nuestra próxima visita. Es un restaurante para olvidarse un rato de todo, envueltos en el día, la noche y la naturaleza que asoman por los vidrios de una de las ocho parrillas más lindas del mundo con este tipo de diseño según la revista Architectural Digest.



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NUESTRO SECRETO

@nuestrosecretorestaurante

Posadas 1086, Retiro - CABA

11-4321-1200

Martes a sábados de 19 a 1 h; miércoles a domingos de 12:30 a 16 h

elena-ponyline.com





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