BArrios por bocados: Chacarita

por Lic. Camila Suarez, Directora Ejecutiva del Ente de Turismo de Buenos Aires

@camisuarezba

No es una novedad que la Ciudad de Buenos Aires se encuentra entre las preferidas de todo el mundo. Su energía es tan cosmopolita como la neoyorkina, su arquitectura nos recuerda a París y su gente tiene la gracia de ser tan hospitalaria como carismática. Sus barrios mantienen una identidad propia que los vuelve únicos, con una oferta gastronómica, cultural e histórica adaptable a todo tipo de gustos y preferencias. Uno de ellos es Chacarita, que con sus pizzerías, cafeterías y espacios culturales invita a pasar excelentes momentos en la capital nacional. 

No es extraño que la revista internacional de turismo Time Out destacara en 2022 a Chacarita como uno de los 50 barrios más “cool” del mundo. Esta zona de casas bajas y calles adoquinadas sin dudas tiene una esencia única, hoy mucho más diversa e internacional gracias a la llegada de montones de nómades digitales. Este fenómeno pospandémico, fomentado por la modalidad de trabajo remoto, encontró en el barrio una oferta divertida, segura y sobre todo auténtica para que turistas extranjeros y vecinos convivan en los alrededores del cementerio. Probablemente la oleada se deba a la excelente ubicación de Buenos Aires dentro del ranking de ciudades de Nomad List, una plataforma que brinda información detallada sobre el costo de vida, clima, seguridad, acceso a Wi-Fi, alojamiento, barrios y otros factores relevantes a la hora de buscar la ciudad para vivir siendo un nómade digital. 

Chacarita, sin embargo, no siempre se trató de cafés de especialidad o cantinas modernas. La historia nos remonta a un pasado jesuita: su nombre proviene de las palabras “chácara” o “chacra” que en quechua significa quinta o granja. Este área metropolitana en su momento fue conocida como la Chacarita de los Colegiales, chacra de un colegio jesuita. Con el tiempo, el barrio se convertiría en la cuna del sistema tranviario y del mítico Chacarita Juniors, uno de los clubes más populares del país, que desde sus comienzos llevó la identidad del socialismo del siglo XX. 

Por supuesto que el mítico Cementerio de la Chacarita hizo lo suyo. Nació a partir de la urgencia en la ciudad ante la epidemia de fiebre amarilla y hoy es uno de los grandes íconos del turismo porteño.  Las visitas guiadas gratuitas son una excelente opción para recorrer las tumbas de personajes ilustres como Aníbal Troilo, Benito Quinquela Martín, Norberto “Pappo” Napolitano, Gustavo Cerati y el magnífico Carlos Gardel, a quien se le puede prender un cigarrillo para honrarlo como maestro del dos por cuatro. 

Otro de los rasgos característicos de este distrito es el arte que diferentes referentes plasmaron en las esquinas y que complementan la oferta turística del barrio. Uno de mis preferidos es Juntas avanzamos (Av. Jorge Newbery y Av. Guzmán), pintado por las artistas Inés Ayerza (@ines.ayerza) y Rocío Martínez Serra (@romartinez.arte). Con el objetivo de llevar al espacio público mensajes a favor de la equidad de género, este mural formó parte de Color BA, un programa de arte urbano desarrollado por el Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana en 2016 que busca dar vida a las paredes de la ciudad a través del color. Al día de hoy, hay más de 15.000 m2 intervenidos por arte urbano.

En los últimos años, el boom gastronómico encontró un nicho en Chacarita. Y si bien las avenidas Dorrego y Jorge Newbery son las que presentan la mayor parte de las opciones culinarias, tanto clásicas como independientes, la oferta también se encuentra a puertas cerradas. Tal es el caso del chef Guillermo Saavedra, quien recibe en su propia casa a catorce comensales por noche para disfrutar de la experiencia TORO 777, un viaje de sabores, experiencia y pasión por la gastronomía. 

La tendencia de los cafés de especialidad plantó bandera en este barrio, inundando sus calles de un aroma a granos tostados que invita a quien se encuentre por la zona a hacer una parada obligada. Cuervo Café (Guevara 393) fue el gran precursor de esta movida, fortalecida por La Noire (Bonpland 1173) que transformó un ex almacén de barrio en un gran lugar para hacer home office y disfrutar de un rico café de autor. Por supuesto que siempre hay espacio para los clásicos porteños, como la muzza en El Imperio de la Pizza (Av. Corrientes 6801). Asimismo, la caída del sol por la tarde invita a turistas y vecinos a conocer y recorrer la ruta vermutera que se instaló con fuerza en el barrio.

En Chacarita, el anonimato también funciona para el segmento cultural. Detrás de una pared de ladrillos sin ningún tipo de inscripción se esconde Falena (Charlone 201), una librería con curaduría única que invita a disfrutar de una lectura en su patio interno con una taza de café o una copa de vino y, por supuesto, buena música. 

Puedo prometerte que no va a faltar música en vivo en tu recorrido por el barrio, que adoptó como propio el concepto de jam sessions en el que músicos sin ensayo previo suben al escenario a improvisar. Los martes de La Grande (Santos Dumont 4040) ya son un clásico del género y sin dudas uno de los favoritos. Actualmente, el Centro Cultural Artlab (Rosetti 93) pisa fuerte con su propuesta de arte y tecnología que acompaña a artistas emergentes del género electrónico y da vida al barrio hasta altas horas de la madrugada. Así mismo, el C Complejo Art Media (Av. Corrientes 6271) representa uno de los espacios culturales más importantes de la ciudad hoy en día: cuenta con una oferta gastronómica propia y es sede de recitales en vivo y fiestas multitudinarias. 

No creo que sea casualidad que el autor de la famosa canción “En la ciudad de la furia” descanse en este mítico barrio. Chacarita encarna mejor que ningún otro barrio la vanguardia de Buenos Aires. Tan solo hace falta perderse por sus calles empedradas para sentir la energía cosmopolita y la vida barrial porteña al mismo tiempo.

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