Una orquidea y un amor

Desde hace tiempo venimos diciendo que nuestro maridaje perfecto es un vino y una flor. Todas, sí, aunque las orquídeas nos pueden y Anette Flowers es cómplice de semejante pasión. Su dueña, Ana Monges, fue quien nos empujó a ese universo. Y hoy nos cuenta el por qué.



por FLAVIA FERNÁNDEZ
@flaviafernandezcv



"Cuando pienso en la conexión con la naturaleza pienso en mi niñez, y lo primero que se me aparece es la imagen de mi papá. Él era una persona que llevaba esto en su sangre. Siempre tenía la necesidad de estar en contacto con las plantas, los árboles, la tierra, y eso fue quedando en mí y en mi hermana. De chiquita me llevaba al los lagos de Palermo; él formaba parte del grupo Los Amigos del Lago, que iban a plantar arboles y ayudar en todo lo que se pudiera. El objetivo era mejorar el espacio para la comunidad. Toda esa pasión se impregnó en mi alma y encendió algo para siempre". 


Ana Monges arrancó con su empresa, Anette Flowers, hace ya seis seis años. "Venía de trece años de trabajar en corporaciones y bueno, decidí cambiar. Mi primer local estaba en el Alcorta Shopping y empezaba a las seis de la mañana llevando mercadería, armando todo para que se viera hermoso. Me generaba mucha ansiedad porque estábamos abiertos de lunes a lunes, de 10 a 22 hs. Luego nos expandimos, abrimos más locales, armé equipos. Considero que la clave es estar: levantar una maceta, limpiarla, armar el packaging, estar pendiente de la marca, la comunicación, las promociones, escuchar a los clientes".



¿Cómo sobrevivieron a 2020?

Fue un un año quiebre, desde ya. Antes de ese inolvidable marzo ya teníamos cinco locales en los principales centros comerciales y estábamos abriendo otros nuevos puntos de venta en una tienda departamental importante que ya se fue del país. Además manejábamos venta corporativa y teníamos solo una pequeña parte de venta online. Creo que el aprendizaje de ir paso a paso, creciendo con mucho esfuerzo, hizo que pudiéramos sobrellevar el año pasado y salir adelante. Cambiamos la estrategia del negocio con una mirada en la venta digital, manteniendo menos puntos de venta pero teniendo en claro que era importante sostener alguno para que nuestros clientes pudieran seguir viendo las plantas y flores en directo. Luego, la venta corporativa también fue un gran descubrimiento, porque desde Anette podemos armar regalos personalizados con la marca.


¿Dónde está el criadero? 

El cultivo lo tenemos en Escobar. Allí esta la mayor parte de la producción de flores en maceta. Todas las plantas de follaje vienen desde El Dorado, en Misiones.



Sos licenciada en administración y especialista en marketing, pero hablás como botánica y sos muy activa en redes explicando sobre las orquídeas.

En cualquier tipo de emprendimiento la formación es fundamental. El estudio, esfuerzo y trabajo constante fueron los diferenciales para poder armar este desafío. Mi base, el marketing, representa un lado que es la parte más dura, de negocios y números. Por otro lado está la parte creativa, que me encanta. Vender flores en maceta es un nuevo concepto. Siempre sentí que ellas tienen mucho potencial para comunicar, para conectarse de una manera diferente. La gente no solo compra una súper flor sino también la experiencia que ella les genera. Llegar a tu casa después de un largo día de trabajo y encontrarte con color, vida... Eso te roba una sonrisa.


Hace unos años nadie se animaba a tener una orquídea porque se pensaba que era algo inalcanzable y hasta aterrador debido a sus cuidados. ¿Ayudaste a democratizarlas? 

Nosotros instalamos eso de que una orquídea es mucho más que una flor. Se trata de una pieza especial de la naturaleza que te llena el alma y alimenta la alegría. Hicimos un buen trabajo para desmitificar lo que se cree de ellas en relación con sus cuidados. Y la realidad es que la parte difícil, que es la producción, la hacemos nosotros. Luego, lo que queda, es súper simple.


Ana Monges, la primera dama de las orquídeas. Ya no podrías vivir sin ellas, supongo.

Claro que no. Ellas son parte de mi día, son una forma de vivir, y es lo que me gusta trasmitir. Y si lo hago con frescura es porque se trata de algo real, honesto, que siento realmente. Mi felicidad es auténtica cuando recibo mensajes de los clientes.

¿Cual es tu flor favorita? ¿La primera que cuidaste y fue exitosa? ¿La que nunca falla? 

Pregunta difícil... estaría entre una orquídea y un anthurium. Ambas de interior, duran meses y meses Y sus cuidados son realmente muy fáciles.



¿Existen flores de la suerte? ¿Y del amor?

Del amor, seguro, porque regalar una planta o una flor es una acción de amor.

¿Con qué comida y vino maridarías una orquídea?

¡Ahhhh! Elegiría tres tonos de orquídeas: la blanca con un Chardonnay y quesos para maridar.

La  rosa atigrada (son de las especiales) con un Pinot Noir, porque tiene algo más de fuerza y notas que sorprenden. Ahí sumaría un sashimi. Y a la orquídea violeta intensa la acompañaría sí o sí con un Malbec que tenga madera y sea bien vibrante.


¿Nos regalás algún truco?

Menos es más; siempre hay que ir con ese pensamiento. Por lo tanto, el ABC sería:


A: Poca agua (una taza cada diez días).

B: Siempre en el interior con luz natural.

C: No intentar hacer cosas porque piensan que necesita algo. Con riego adecuado y buena luz 

natural ya está.


Otro secreto es la inducción a la floración para que florezca todo los años. Y es así: cuando caigan las flores y llegue el otoño, llévenla diez semanas al lugar más fresco de la casa (siempre adentro). Necesita sentir el frío para saber que dentro de unos meses se viene la primavera.




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ANETTE FLOWERS
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