La taza testigo

En el Día Internacional del Café, Flavia Fernández escribe una breve columna festejando a esta infusión que tanto nos ha dado y sigue dando, mientras recuerda a la vez su café preferido, una institución veneciana por la que pasaron incontables personalidades a filosofar, charlar y pensar entre borras y petit fours.


por FLAVIA FERNÁNDEZ


Aplausos  y abrazo para el café, que hoy festeja su día. La fecha fue establecida por la Organización Internacional del Café (OIC) en 2015, con la intención de reunir a todos los productores a nivel mundial en una sola celebración que festejara los orígenes de esta popular bebida. Pero, ¿cuál es el mejor café? Bueno, eso es tan personal como preguntar cuál es el mejor vino. Las respuestas, en forma de variedades de especialidad, tipos de filtrado y moliendas, son infinitas. 

Es interesante saber que se trata de la segunda bebida de mayor consumo a nivel mundial después del agua. ¿Beneficios? Muchos, pero hoy no estamos para charlas médicas. Preferimos relacionarlo con los momentos cotidianos, felices o mágicos. Pensar en el café de nuestras vidas o el que más nos impactó. Personalmente, jamás podré dejar de pensar en el Caffe Florian de Venecia. En Piazza San Marco, custodiado por el Palazzo Ducale y la gracia bizantina que nos atraviesa para siempre. Inaugurado en 1720, es una de las cafeterías más antiguas de toda Europa.

A través de sus vidrieras, el Florian vio pasar tres siglos de historia, siendo testigo mudo del esplendor y la caída de la Repubblica Serenissima di Venezia o de las conspiraciones secretas de quienes querían subvertir el dominio francés y luego el austríaco.

El café permaneció activo incluso en tiempos de guerra, como un lugar de reunión y encrucijada de estados de ánimo. Solo el Covid 19 amenazó el milagro de 300 años ininterrumpidos con presencias ilustres tales como Stendhal, Lord Byron, Friedrich Nietzsche, Marcel Proust, Charles Dickens, Claude Monet, Ernest Hemingway, Jean Cocteau, Coco Chanel, Jorge Luis Borges, Charles Chaplin o Andy Warhol.

Y para vos, ¿cuál es el café inolvidable?



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