Una selección única y variada para los socios del Club Cuisine&Vins

En Cuisine queremos que te lleves vino a donde vayas, por eso nos adelantamos un mes y te enviamos dos cajas juntas. En diciembre y enero vas a poder disfrutar de un verdadero surtido con lo mejor de la viticultura argentina, además de probar nuevas bodegas y conocer nuevos terruños.   


por ANA PAULA ARIAS

Cuando decimos que Argentina es un país productor de vinos, no nos referimos solamente a la región de Cuyo y Noroeste Argentino, sino que hablamos de un mapa lleno de viñedos variopintos, con climas que van de lo desértico a lo marítimo y que le aportan distintos estilos a la viticultura nacional. A las experiencias de Chapadmalal (Buenos Aires) y 25 de mayo (La Pampa), se suman nuevas bodegas en lugares hasta hace poco impensados.

Bodega Los Coros, en la ciudad de San Luis, es un buen ejemplo de la versatilidad que tiene nuestra viticultura. Es una zona poco vinculada a la producción de vinos pero que, luego de una puesta a punto y un estudio exhaustivo del terroir, empezó a hacerse un nombre entre los productores de regiones atípicas. Elegimos para este envío Los Coros Cabernet Franc, por su perfil amaderado y frutado, súper bebible en una noche fresca de verano.

Nuestra obsesión por la diversidad de terruños la aprendimos de los hacedores de vinos, los enólogos e ingenieros agrónomos que buscan constantemente el suelo y el clima perfectos para cultivar sus vides. Por eso incluimos en este envío dos etiquetas de Malandra, de bodega Mondovino, que posee cultivos en Medrano, Luján de Cuyo y Valle de Uco, y que muestra los distintos perfiles que puede dar Mendoza. Seleccionamos Malandra Roble Cabernet Sauvignon y Malandra Roble Bonarda, dos vinos que condensan las características propias de los varietales en esa provincia.

Cuyo es la región argentina con más sol, promediando los 300 días al año. Esto hace que la piel de la uva se engrose y concentre mayor cantidad de polifenoles. El resultado son vinos potentes, con intensidad de aromas y color. El Cabernet es bien típico, con notas de morrón y frutos rojos, mientras que el Bonarda tiene notas de mermelada de ciruela. Ambos pasan por barrica, lo que les aporta a su vez estructura y taninos redondos. Es exactamente por esos taninos que ambos vinos van muy bien con carnes asadas, o, mejor dicho, asados de fin de semana, con mucho sol, pileta y amigos.

Pero como no queremos quedarnos afuera de las tendencias, también incluimos Dorado Cabernet Franc, de bodega Vicentín, proveniente de viñedos de Luján de Cuyo, Valle de Uco y Maipú. Se trata de una bodega relativamente joven, cuya primera vendimia fue en 2010 pero que, a fuerza de ferias de vino, presencia en vinotecas y cartas de restoranes se fue haciendo conocida. Con el paso del tiempo, agrandó su porfolio con líneas que apuntan a distintos púbicos.

Dorado tiene una presentación moderna con tapa a rosca, bien a prueba de picnic. Adentro de la botella hay un correlato con lo que se ve por fuera, porque se trata de un estilo de Cabernet Franc más bien moderno y natural. Es el típico vino que le gusta a todo el mundo, con notas de fruta roja madura y un toque mentolado que le da cierta complejidad. Y como no tiene taninos ásperos, se banca perfectamente un leve paso por la heladera. Es el compañero ideal de una picada generosa de quesos, fiambres y frutos secos.

El envío se completa con una bodega que ya es un clásico de clásicos: Las Perdices, probablemente una de las grandes revelaciones que nos dejó la década del 2000. Lo que antes era un secreto a voces, pasó a ser uno de los vinos que más creció en los últimos años. Ya todos están al tanto de lo que representa Las Perdices, pero, caso raro, el boom comercial no los “quemó”. Es más, siguen creciendo y consolidándose como el favorito de muchos. Convertirse en uno de esos vinos que no falla es un gran paso en la industria, y ellos lo lograron.

¿Por qué entonces quisimos poner Las Perdices en la caja XL de este verano? Porque no podemos creer que haya gente que aún no conozca su Viognier, porque ese Viognier es uno de los mejores de su segmento y porque nos encanta mandar vinos blancos, sobre todo cuando sabemos que esos vinos van a acompañar una noche de sushi o algún plato étnico, como comida vietnamita o peruana.

Nuestra selección de verano fue pensada para que cada momento y cada lugar tenga un vino acorde. Los distintos estilos funcionan al mismo tiempo para acercarle a nuestros socios una parte de nuestra viticultura que, a veces, está vedada. Como siempre, lo mejor es juntarse a beber con amigos, comparar estilos y elegir el que más nos gusta.



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