LA QUERENCIA
2016-03-07Aunque los rioplatenses solemos jactarnos de ser eximios asadores, a veces conviene dejarse llevar por las recomendaciones: elijan su corte preferido, el punto de su agrado y cómanlo in situ en El Novillo Alegre, en Punta del Este.
por MADAME CULIGASTRI
Con el objeto de satisfacer los variopintos paladares
contemporáneos, las urbes de hoy brindan en su oferta culinaria prácticamente
todo lo que los visitantes pretenden. Esa consigna suele confundir al distraído
y genera que los lugares vayan perdiendo su esencia gustativa. Me pasó al
visitar una capital serrana en Argentina. Pregunté al bajar del avión: “Che,
¿qué vale la pena comer acá?”. Contestaron: “Hay un sushi muy bueno”. El
clásico japonés no está mal si antes probé algo nativo, regional. No critico,
reflexiono. Hace tres décadas me tentaban con cocina francesa en una linda
provincia del NOA; mi cerebro pedía empanadas y locro.
Cuando piso tierra Oriental, pero del Uruguay, pienso en
carnes, pescados, vegetales, quesos y vinos, por supuesto. Más allá de la
excelencia gastronómica que la joven restauración y los clásicos nombres
garantizan. Sin embargo, cuando paso por la Roosevelt, mi corazón late al
divisar el aquerenciado logo de la carnicería líder porque, a pesar de no ser
para nada cárnica, su entrecôte me puede.
Los habitués puntaesteños –sobre todo, los consumidores de
carnes que visitan el balneario glamoroso– sienten especial devoción por las
carnicerías El Novillo Alegre. Desde sus comienzos, en 1955, se distinguieron
de sus colegas. Fue su objetivo mantener una provisión de excelencia y calidad
uniformes en su producto estelar, que ofrecen al nivel de una delicia
gastronómica. Por eso siempre vendieron carne, de terneros mozos y de razas
británicas, la más tierna y sabrosa que hacen sucumbir las apetencias de los
más exigentes.
Sus locales boutique atraen por la presentación de la
materia prima de primer nivel y el savoir faire de su personal, fruto de tantos
años de experiencia. Paladines del mercado, tienen sucursales en Montevideo,
Maldonado y Punta del Este y más de 50 expertos forman su prestigioso staff. Un
dato de color: se trata de la primera empresa uruguaya que exportó carne a
China.
Ahora bien, para ellos lo más importante radica en que la
gente los siga eligiendo para el día a día. La empresa pescó de inmediato lo
que debe ser el servicio. De hecho, no sólo comercializa el producto sino que
también lo cocina –en parrillas al lado de las carnicerías– y propone servicios
de catering. Es una manera de decir: “vean, así se cocina lo que vendemos, ¿en
qué punto lo quieren?”.
De modo que, cada vez que estoy en el Este y deseo comer la
mejor carne, voy a la boutique, elijo mi pieza cruda de entrecôte o picanha,
especifico el punto (saignant), me siento y espero con una ensalada. Cuando
llega el plato, lo acompaño con papas al plomo. Eso hice el 1º de febrero, casi
a media noche, cuando salí del Devoto. Como ya se sentía la brisa cálida que
nos envuelve este mes, pedí un Rosé, el de Los Vascos de Cabernet Sauvignon:
¡una delicia!