CARNE: La excelencia en lo simple

La noche en Carne para #AMEXFORFOODIES tuvo su valor agregado: la cocina desde el terroir y el cuidado en cada paso hasta el bocado sabroso en la mesa es un logro no siempre fácil de obtener.

Mauro Colagreco no solo es Mirazur (4° en el ranking The World’s 50 Best Restaurants 2017) en Menton y Grand Coeur en Paris; también es un joven de La Plata que estudiaba Ciencias Económicas y soñó con que podía ser el mejor cocinero del mundo, entonces abandonó todo, vino a Buenos Aires a estudiar la carrera y, como si quisiera correr en la Fórmula 1, se fue a Francia a competir. 


Pasó el tiempo y Mauro siempre se mantuvo cerca de su familia y amigos, por lo que pensó en un negocio que lo mantuviera cerca de su tierra. Así nació Carne, porque Argentina es eso y el Malbec; lo dicen las encuestas de turismo.


La apuesta en su país buscó, desde un camino más simple que en Menton, demostrar que en lo simple también hay excelencia: desarrolló así su concepto a partir de un bar de hamburguesas. Lineal, aunque para nada fácil. Mauro lo expresa así: “hago las hamburguesas con carne argentina, de vaca de pastura auténtica y sabrosa; como debe ser. El pan que elijo es pan de verdad, sin aditivos ni conservantes, ni nada que lo aleje de su esencia. Las ensaladas que sirvo son de verduras orgánicas, cosechadas en huertas amigas, y nuestra edición de cordero mesopotámico valoriza el trabajo de los ovejeros de Corrientes”.


Por estas consignas y más, el equipo de #AMEXFORFOODIES decidió compartir una noche con sus followers en Carne de la sede Defensa, en San Telmo. Los comensales disfrutaron las riquísimas hamburguesas y se divirtieron en un ambiente joven y de feria de alimentos. La cocina de Mauro elaboró una degustación de ensaladas como entrada para destacar la fuerza del cultivo orgánico de La Plata, algo que estuvo muy presente esa noche, hasta en los ramos con hierbas graciosamente envueltos que quienes asistieron se llevaron de recuerdo.


Mientras tanto los Halloumi de Juan Grande –cortados por Ignacio Hardoy, su propietario -, salían de la cocina grilladitos, frescos y lácteos; daban la nota tibia para las ensaladas. Los más atrevidos atacaban la estación de Arytza y sazonaban todo con esas ricas mostazas. Y el Arrobo repartía su pan artesanal, para sustentar los juguitos de las ensaladas con los vinagres de Müller y Wolf y el sabor de los Halloumi.


Después salieron las hamburguesas, para algunos completas, para otros vegetarianas y para muchos otros ambas. Pan, carne jugosa, lechuga, tomate en su punto, cebolla morada, queso Cheddar, panceta, huevos y pepinillos. La versión veggie: pan de cúrcuma, portobellos a la plancha, tapenade de tomates, lechuga y Halloumi. Todos tomaban cerveza, negra o roja. Quizás la sensación de frío de mayo pedía sabores fuertes y oscuros.


Acompañamos el postre con un café Nespresso sin azúcar ni edulzante, ensamblado con un bizcocho de chocolate con merengue, crema de Madagascar, salsa de dulce de leche, helado y praliné de almendras. 


¡Una noche muy canchera! ¡Qué antique!



Comentarios