Bagatelle: ir por la fiesta, volver por la comida

En julio incorporamos a los beneficios del Club Cuisine&Vins un 20% de ahorro los días martes y miércoles en Bagatelle, el prestigioso restaurante (y bar, y hasta boliche) que hace poco menos de un año abrió su muy esperada versión porteña. En esta nota les contamos todo sobre el lugar donde la coctelería, la gastronomía y la celebración van de la mano para crear experiencias inolvidables.



por MÁXIMO PEREYRA IRAOLA


En 2008 dos amigos franceses viviendo en Nueva York decidieron que a la ciudad, a pesar de ofrecer suficientes restaurantes como para comer todos los días de la vida (literalmente) en un lugar distinto sin repetir, le faltaba un espacio donde se pudiera sentir el verdadero espíritu de la zona mediterránea francesa.

Nació entonces Bagatelle, en pleno Meatpacking District y orientado a gourmands y bon vivants que quisieran comer rico, en un lugar lindo y rodeados de algarabía y fiesta. Los platos llegaban acompañados por camareros y camareras de gran belleza que bailaban y cantaban como en una secuencia onírica de alguna buena película frencha.

Aymeric Clemente y Remi Laba podrían haber hecho de esto un proyecto pasajero, un experimento lúdico y gastronómico que quedara grabado en la historia de Manhattan como tantos otros hipos artísticos. Sin embargo, Bagatelle se convirtió en un referente de las noches de la ciudad, y el modelo no tardó en expandirse para llegar a Ibiza, Monte Carlo, Miami, St. Barthes, Saint-Tropez, Dubai, Río de Janeiro, Londres, Rio de Janeiro, Sao Paulo y Punta del Este.

Desde noviembre de 2018 Bagatelle también forma parte del panorama culinario de Buenos Aires, donde echó raíces nada menos que en el histórico Hipódromo de Palermo, coronando su cada vez más concurrido polo gastronómico. En nuestra más reciente visita estuvimos probando algunos platos de su cuantiosa carta y recorriendo su coctelería antes de que empezara la parte más circense de la noche.

Primero los cocktails, y una aclaración antes de arrancar: este Bagatelle es distinto a muchos de los otros justamente por su foco en el bar, ubicado en el centro del restaurante y punto donde la creatividad juega a la par de aquella de la cocina. La carta es amplia, llena de vinos nacionales y extranjeros y repleta de etiquetas inesperadas. Hay bebidas de todo tipo y cócteles clásicos y de autor, uno más tentador que el otro. Más fácil pedir recomendaciones.

Comenzamos con el Scirrocco: Botran 15, cordial chai (licor de la casa elaborado con cardamomo, jengibre y cítricos), jugo de lima, jugo de naranja y almíbar de higos turco. Riquísimo y fresco. El Bees Knees, por su parte, es un clásico también exquisito aunque un poco más potente, con Beefeater 24, jugo de lima, almíbar de miel y bitter de apio. Ramiro Locaso, rosarino y bar manager de Bagatelle, cuenta que los cordiales son todos caseros, y que se preocupan por armar una buena oferta de coctelería que apele a distintos públicos y forme parte de una experiencia más completa que invite a disfrutar del lugar en diferentes maneras y momentos. Son tragos instagrammeables ?si a alguien le molesta la palabra, a esta altura... no sabemos qué decirle?, lindos, pero también muy ricos, porque después de la foto viene el sabor, y si eso falla no se vuelve.

Y con esa nota pasamos a la gastronomía. Tal vez lo que más distinga a Bagatelle en el mundo es su componente espectacular, el elemento de fiesta que hace que todas las noches las comidas se estiren para terminar en bailes y canciones a coro. El inconveniente, a veces, es que la teatralidad de un restaurante pueda terminar convirtiéndolo en, justamente, un teatro, y para muchos el teatro se vive de a una experiencia por vez, sin repetir. La solución está en subir el nivel de la cocina y la coctelería para que los comensales no quieran volver solo por la fiesta, y Bagatelle Buenos Aires se tomó el objetivo en serio bajo el comando del cocinero Sebastián Carci.

El chef explica que, si bien hay platos que son clásicos de Bagatelle y se encuentran en todos los locales del mundo, también hay opciones que salen de lo francés y lo mediterráneo y juegan con las identidades gastronómicas de Argentina y Latinoamérica. Hay noches especiales inspiradas en esta y otras búsquedas, chefs invitados y comidas por pasos ?los martes y miércoles? que invitan a explorar el amplio espectro que la carta, que cambia con cada estación, ofrece al paladar. 

Hay aperitivos fríos y calientes, individuales y para compartir, y también está la opción de pedir caviar o trufas negras. Vamos por una entrada: el Tartare de Thon es un tartare de atún presente en todos los Bagatelle y servido con guacamole, vinagreta de jalapeño y chips de batata. Un contraste de sabores y de textura muy interesante y exquisito, que podríamos pedir una y otra vez (es difícil elegir un solo plato para arrancar, pero recomendamos seriamente ir por esta vía). Sebastián y Ramiro sugieren acompañar con un buen cocktail o algún lindo vino blanco. Un Chenin Blanc, por ejemplo.

Pasamos a uno de los platos que más nos deslumbraron, los Gnocchi à la Parisienne de Nicolas. Ñoqui soufflé casero con trufas (muchas y argentinas, por cierto) y queso. No hay papa. Queso, harina, trufa. No hace falta más. De ahí a la Truite Saumonée Grillée, parte del menú invernal: una grandiosa trucha patagónica grillada con puré de topinambour, salsa de mandarina, mango y tomates concassé, además de un fino polvo de cedrón que le da un nosequé, o más bien un je ne sais quoi increíble.

Antes de pasar al postre, Sebastián nos trajo el Confit de Canard, bien francés y bien característico de Bagatelle; una tremenda pechuga de pato confitado con gratin dauphinois y salsa de mostaza de Dijon antigua, miel, crema y brotes de remolacha. El punto del pato exacto, como debe ser.

El postre llega mientras hablamos del DJ residente de Bagatelle, que pasa temones dignos de armar playlists bagatelleras, y acompañado por un buen café. La Chef Pâtissier, Natalia Hokama, armó un plato de macarons, brownie, marquisse de chocolate (¡la cremosidad del ganache!) y trufa que nos llena el alma de chocolate. Sabemos que esta selección cambia con regularidad, por lo que habrá que volver dentro de poco para probar otros platos, otros postres, otros cocktails y otras experiencias.

Nos marchamos un poco antes de que arranque a subir gente a las mesas, de que lleguen las celebridades, los vestidos brillantes y los cantos, no sin antes rescatar lo que dicen Aymeric y Remi, las mentes detrás de este proyecto, sobre la palabra “bagatelle”, que puede significar distintas cosas, pero que la eligieron por su juguetona acepción de “delicado cortejo a una mujer”. Lo cierto es que cortejados (y encantados) estamos todos.


http://bagatelleargentina.com
Hipódromo de Palermo, Av. del Libertador 4101
(+54) 11-5365-7013
Abierto martes y miércoles de 20:00 a 1:00 hs, los jueves y viernes de 20:00 a 2:00 hs y los sábados de 20:00 a 0:00 hs.






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