4 VINOS QUE TENÉS QUE PROBAR SI AMÁS LO RETRO

Ser vintage es una forma de vida: escuchar los partidos por radio, comprar anteojos antiguos en Parque Centenario y no usar Spotify ni redes sociales. Ser vintage es peligrosamente parecido a ser hipster, pero no es lo mismo, ni por asomo. El fanático de lo retro está convencido de que nació en una década equivocada, entonces busca en su corazón la forma de sobrevivir a la modernidad. Es único y querible, por eso esta semana los vinos seleccionados son para él: vinos que no cambian y que son siempre riquísimos.

por ANA PAULA ARIAS



MONTFLEURY ROSADO 

(WEINERT - LUJÁN DE CUYO, MENDOZA) 

92PTS.






Weinert tiene un estilo súper retro que convoca a los más adultos. No confundir: clásico no quiere decir vetusto. Este probablemente sea una de los mejores rosados en su segmento. Es muy intenso en nariz y tiene unas notas de frutos rojos alucinantes. Amigo ideal de la picada previa al asado y, al ser un blend, tiene mucha complejidad. Imperdible.

 


ARNALDO B. BLEND 

(ETCHART - CAFAYATE, SALTA) 

94PTS.






Este corte lo hace Etchart desde hace más de 20 años, en homenaje al fundador de la bodega. Es un vino tan bien hecho que resulta inolvidable. Concentrado, mancha los dientes, pero eso no le quita equilibrio. Ir a Cafayate y sentarse a tomar este tinto con unos tamales con salsa picante es algo para experimentar al menos una vez en la vida.

 


NAVARRO CORREAS RESERVA MALBEC 

(NAVARRO CORREAS - TUNUYÁN, MENDOZA) 

92PTS.






Una bodega que se reinventa y siempre vuelve. En los últimos 10 años cambió de enólogo, de dueños y de etiquetas. En definitiva, un largo proceso de modernización que fue dejando lo mejor de cada etapa. Esta etiqueta refleja esas ganas de innovar sin perder la esencia y de convocar a todos los consumidores por igual: hipermodernos y nostálgicos.

 

CEPA TRADICIONAL BLEND 

(LA RURAL - MAIPÚ Y TUPUNGATO, MENDOZA) 

91PTS.






Otro hit de la historia del vino argentino. Hace unos años tenía una etiqueta no muy linda y era un vino más de la línea San Felipe. Logró emanciparse, cambiar la presentación y alterar apenas el corte agregando un poquito de Pinot Noir al tradicional blend de Cabernet, Malbec y Merlot. Le sigue gustando a todo el mundo y asombrando a los que no lo conocen.





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